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En el corazón del País Valencià, se encuentra el encantador municipio de Busot, un lugar que cautiva a los visitantes con su rica historia y fascinantes paisajes. Conocido originalmente como Bisant, este pueblo tiene sus raíces en la época musulmana, y las huellas de su pasado se pueden apreciar a través de los hallazgos de cerámica de la Edad del Bronce e ibéricos que se descubrieron en los alrededores.
Uno de los tesoros históricos más destacados de Busot es el imponente Castell de Busot, una joya arquitectónica de origen almohade que se remonta al siglo XII. Este majestuoso castillo fue erigido en las cercanías del núcleo urbano durante la fundación del pueblo, y a lo largo de los siglos, ha sido testigo de diversas modificaciones y expansiones. Al recorrer sus antiguos muros y almenas, los visitantes se sumergen en un viaje en el tiempo, maravillándose con las impresionantes vistas panorámicas que se extienden a lo largo de los alrededores, una experiencia que evoca la grandeza y el esplendor de épocas pasadas.
Pero la magia de Busot no se detiene en su historia milenaria, ya que otro lugar imperdible es la Cueva del Canelobre. Esta maravilla natural es considerada la cueva más alta de España y una de las más grandes con más de 80,000 metros cúbicos de volumen. Su majestuosidad subterránea deja boquiabiertos a los visitantes mientras contemplan las impresionantes formaciones de estalactitas y estalagmitas que han sido esculpidas a lo largo de milenios por la paciente acción del tiempo. Además, desde el interior de la cueva, se pueden apreciar vistas panorámicas hacia la pintoresca ciudad costera de "El Campello", un regalo visual que añade un encanto especial a la visita.
En el pasado, durante la Guerra Civil Española, estas cuevas tuvieron un papel insólito, ya que se utilizaron para la construcción y reparación de motores de aviones cruciales durante un breve pero significativo período de 5 años en la década de 1930. Desde que abrieron sus puertas al público en 1965, estas cuevas han sido un destino fascinante para quienes buscan adentrarse en el misterio y la belleza del mundo subterráneo.
Pero la diversidad de Busot no se limita a sus tesoros históricos. El municipio alberga otras joyas, como la Fabriqueta de Vidre del Teuler, una muestra de la rica tradición vidriera de la región, la Mina de l'Orcolana, con sus vestigios mineros que cuentan la historia de la explotación del subsuelo, y la Mina de la Salvació, un lugar de interés geológico que deleita a los amantes de la naturaleza y la geología.
Por otro lado, la Torre de Cabrafic, de datación indeterminada, añade un toque de misterio y enigma a la experiencia, invitando a los visitantes a imaginar las historias y leyendas que envuelven este lugar.
Busot es, sin duda, un destino turístico único que combina la riqueza de su pasado con la belleza natural de su entorno. Desde la majestuosidad de su castillo hasta la fascinante Cueva del Canelobre, los visitantes se sumergen en una experiencia inolvidable llena de historia, misterio y asombrosos paisajes.